Para entender lo que
está pasando hay que tener en cuenta que Ucrania es un estado muy joven, nace en el periodo de entre guerra, a
continuación se incorpora a la Confederación de
Repúblicas Socialistas Soviéticas y cuando se descompone en los años de Gorvachov y Yeltsin el país recupera la soberanía pero ya con fronteras
distintas.
Característicamente
ucraniana más volcada hacia el oeste y artísticamente rusa, más volcada hacia
el este. Eso en principio no es ningún problema, la tensión aparece cuando por
una parte la Unión
Europea invita en el marco de su política de vecindad, a este
estado como a otros que antes formaron parte o de la Unión Soviética o
del Pacto de Varsovia a acercarse a la Unión Europea. La UE es un espacio de riqueza, de
bienestar, de justicia y tiene a estabilizar a sus vecinos. Esa aproximación de
Ucrania hacia Europa molesta profundamente al alma rusa, al nacionalismo ruso,
hoy caracterizado por la personalidad del presidente Putin, que fue en el
pasado un agente del KGB, un hombre que piensa en términos históricamente
rusos.
Para la Rusia de hoy es fundamental
entender que occidente no puede acercarse ni a la frontera sur, ni a la Europa más oriental porque
eso es su zona de influencia natural. La tensión provocada por el acercamiento
de la Unión Europea
ha llevado a una reacción rusa forzando al gobierno actual ucraniano a sumarse
a su propio proyecto de espacio de libre comercio al renunciar el gobierno
ucraniano a continuar acercándose a la Unión Europea eso ha provocado un estallido
social entre aquellos que miran hacia el oeste y aquellos que miran hacia el
este.
Si Europa hubiera hecho esto sabiendo a qué estaba jugando podríamos
decir que hay una opción B y una opción C , ¿pero qué ocurre? La política
exterior de la Unión
Europea se crea el tratado de Maastricht y se desarrolla a continuación y es un marco institucional no
dotado de estrategia, no dotado de política, es una maquinaria que promueve
unos valores que están en los tratados pero que en realidad no recoge el
sentido de los estados europeos. A la hora de la verdad, cuando Europa avanza
hacia una dirección al mínimo problema se rompe la cohesión interna. Rusia sabe
que Alemania jamás le va a poner problemas ya que históricamente Alemania ha
buscado a Rusia y tiene inversiones muy fuertes en Rusia y viceversa, sacrificar
Ucrania no es un problema para los alemanes. Francia defiende su influencia en
el Magreb sahel, y por lo tanto no quiere complicaciones en Rusia, con quien
tiene que entenderse en esa zona, tiende a reconocer el área de influencia rusa
sobre Ucrania. Sólo el Reino Unido es contrario porque es periférico dentro de la Unión Europea. El
resultado es que la UE
tensa la situación interna de Ucrania y luego deja a los ucranianos como ya
vimos antes en Georgia. Rusia llegado el momento invade Georgia, separa dos
territorios del país y no pasa nada. Pues estamos en lo mismo, Putin ha dicho
"ya estoy harto" "este juego se ha acabado". La Unión Europea va a
recular, incluso ahora está considerando sancionar al gobierno y a los
opositores, lo cual supone empujar aún más a Ucrania hacia Rusia. Es
sencillamente un juego bien pensado, sin darnos cuenta de los efectos que ese
juego tiene en esa zona. En Ucrania hay visiones, hay culturas, hay intereses y
hay una sociedad que no está cuajada, que no sabe quién es y que tiene
distintas visiones de a dónde va.
No hay comentarios:
Publicar un comentario