STEPHEN WILLIAM
HAWKING
Stephen
William Hawking nació en Oxford, 8 de enero de 1942. Es un físico teórico, cosmólogo y divulgador científico británico.
Sus trabajos más importantes hasta la fecha han consistido en aportar, junto
con Roger Penrose,
teoremas respecto a las singularidades espaciotemporales en el marco de la relatividad general, y la predicción
teórica de que los agujeros negros emitirían radiación, lo que se conoce
hoy en día como radiación de Hawking (o a veces radiación
Bekenstein-Hawking).
Es miembro de la Real Sociedad de Londres, de la Academia Pontificia de las Ciencias y de la de la Universidad de Cambridge desde 1979 hasta su jubilación en 2009. Entre las numerosas distinciones que
le han sido concedidas, Hawking ha sido honrado con doce doctorados honoris causa y ha sido galardonado con la Orden del Imperio Británico en 1982, con el Premio Príncipe de Asturias de la
Concordia en 1989, con la Medalla Copley en 2006 y con la Medalla de la Libertad en 2009.
Hawking padece una enfermedad motoneuronal relacionada con la esclerosis lateral amiotrófica que ha ido agravando su estado con el
paso de los años, hasta dejarlo casi completamente paralizado, y lo ha forzado
a comunicarse a través de un aparato generador de voz. Ha estado casado dos
veces y ha tenido tres hijos. Por su parte, ha alcanzado éxitos de ventas con
sus trabajos divulgativos sobre Ciencia, en los que discute sobre sus propias
teorías y la cosmología en general; estos incluyen A Brief History of Time, que estuvo
en la lista de best-sellers del The Sunday Times británico durante 237 semanas
Hawking ha trabajado en las leyes básicas que gobiernan el
universo. Junto con Roger Penrose mostró que la Teoría General de la Relatividad de Einstein implica que el espacio y el tiempo han
de tener un principio en el Big Bang y un final dentro de agujeros negros.
Semejantes resultados señalan la necesidad de unificar la Relatividad General
con la Teoría Cuántica, el otro gran desarrollo
científico de la primera mitad del siglo XX.
Una consecuencia de tal unificación que él descubrió era que los agujeros
negros no eran totalmente negros, sino que podían emitir radiación y
eventualmente evaporarse y desaparecer. Otra conjetura es que el universo no
tiene bordes o límites en el tiempo imaginario. Esto implicaría que el modo en
que el universo empezó queda completamente determinado por las leyes de la ciencia.
Sus numerosas publicaciones
incluyen La Estructura a Gran Escala del Espacio-tiempo con G. F. R. Ellis, Relatividad
General: Revisión en el Centenario de Einstein con W. Israel, y 300
Años de Gravedad, con W. Israel. Stephen Hawking ha publicado tres
libros de divulgación: su éxito de ventas Breve historia del tiempo (Historia del
tiempo: del Big Bang a los agujeros negros), Agujeros negros y
pequeños universos y otros ensayos, en 2001 El universo en una cáscara de nuez,
en 2005 Brevísima historia del tiempo, una
versión de su libro homónimo adaptada para un público más amplio.
En su libro Agujeros negros y pequeños universos y otros
ensayos, editado en 1993, afirmó:
"La ciencia podría afirmar que el universo tenía que haber conocido un comienzo
(...) A muchos científicos no les agradó la idea de que el universo hubiese
tenido un principio, un momento de creación"
"En el universo primitivo está la respuesta a la pregunta
fundamental sobre el origen de todo lo que vemos hoy, incluida la vida"
Alrededor del año 2004
propuso su nueva teoría acerca de las "simas o agujeros negros" un término que por lo general se
aplica a los restos de estrellas que sufrieron un colapso gravitacional después
de agotar todo su combustible nuclear. Según Hawking, el
universo está prácticamente lleno de "pequeños agujeros negros" y considera que estos se formaron
del material original del universo.
Ha declarado también
acerca del origen del universo:
"En la teoría clásica de la relatividad general [...] el
principio del universo tiene que ser una singularidad de densidad y curvatura
del espacio-tiempo infinitas. En esas circunstancias dejarían de regir todas
las leyes conocidas de la física (...)
Mientras más examinamos el universo, descubrimos que de ninguna manera es
arbitrario, sino que obedece ciertas leyes bien definidas que funcionan en
diferentes campos. Parece muy razonable suponer que haya principios
unificadores, de modo que todas las leyes sean parte de alguna ley mayor"
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