domingo, 11 de junio de 2017

UN PREMIO GANADO

Hoy me he decidido a escribir aquí, donde tengo en vivo una de las mejores experiencias de mi vida, sé que aún me queda mucho por vivir, pero ese año siempre estará en mí, con sus más y sus menos.
 Hace varios meses me presenté al concurso realizado por el departamento de lengua y literatura de mi instituto,en el que se les animaba a los estudiantes a escribir poesías y relatos en prosa o en verso. Siempre me había apasionado escribir, aunque esto se hizo más intenso en los últimos años. Escribí varios relatos para el concurso, pero ninguno lo veía lo suficientemente bueno, aunque la gente decía que sí, para mi le faltaba algo; como un toque más profundo a la vez que personal. En cierto modo me motivó el concurso para escribir, y así lo hizo. Tras largos intentos, logré mi propuesta y encontré por fin el relato adecuado. Aquí lo dejo:

Daría todo por tener once años, de nuevo.

Imagina lo que podríamos haber hecho, lo que podríamos haber sido.

Siento mis hombros caer, sin poder llevar más todo el dolor.

Solo quisiera abrir los ojos y volver donde siento tu calidez al entrelazar nuestras manos, donde todo parecía insignificante a la vez que complejo.

Siento las lágrimas caer, intentando escapar de este ser humano hueco.

Quisiera poder volver y cambiar las veces que te gritaba diciendo que me dejaras en paz. Intercambiar los días que pasaba sola con días en los que tú y yo éramos las protagonistas.

No sabes lo que daría por volver a escuchar esos pasos revoloteando de aquí a allá sin descanso, poder sentir tu mano sosteniendo la mía frente a un mar de sueños sin rumbo, escuchar tu voz susurrando buenas noches en los días largos.

Apenas soy capaz de recordar el patrón que origina tu rostro al sonreír, la alterada carcajada que escapaba de tu boca en los días pares, se disipan de mi mente como aviones de papel. 


Como quisiera por un momento que fuese, poder recordar. 

Finalmente satisfecha lo presenté y hace unos días unas compañeras me informaron de que el profesor de lengua ( un lujo de profesor, del cual estoy terriblemente enamorada de su forma de hacerme valer por mí misma y por su capacidad de adentrarme en el maravilloso mundo de la literatura) me estaba buscando y quería que fuese al departamento para hablar conmigo sobre una duda. Yo estaba un poco perpleja, no tenía ni idea de lo que me esperaría al final del pasillo, donde la puerta del departamento se encontraba cerrada, pero con algo más curioso en su exterior; un papel que felicitaba a una alumna por ser la ganadora del concurso de prosa; esa era yo.

No pude ser más feliz ese día, porque vi que podía valer y que por una vez podía ser yo la que ganara.

Antes de irme quisiera darte recuerdos Toñi, siempre te tendré como una de las mejores maestras de mi periodo escolar, creo que nunca lo he hecho pero quisiera darte gracias, gracias por todo y sobre todo por haber confiado en mí. Gracias.